Poner fin a las vacaciones y volver a la rutina de horarios, actividades, etc. suele ser duro para todos, también para nuestros hijos.
Nosotros, además, contamos con la experiencia y ya sabemos que es cuestión de días adaptarnos.
Para los más pequeños, en cambio, todo es más nuevo, sobre todo si es la primera vez que van a la guardería. No solo se tienen que separar de quien les ha estado cuidando hasta entonces sino que además, ellos no tienen ninguna experiencia previa que les ayude a imaginarse que les espera. Por esos debemos ser empáticos con las emociones que les genera ir a la escuela y debemos ayudarles a coger su rutina.
A continuación tenéis algunas ideas que seguro ayudaran a armonizar este proceso:
- Sed un ejemplo para ellos. Aunque para vosotros la vuelta al trabajo sea dura, es muy importante que tengáis una actitud positiva y evitéis comentarios negativos. Recordad que los niños aprenden por imitación, por eso lo que vuestros hijos observen de vosotros tiene mucho impacto sobre ellos.
- Ajustaros a los nuevos horarios de manera progresiva y antes de empezar el curso, así cuando llegue el primer día de escuela los horarios nos eran un obstáculo para adaptarse a la rutina.
- Proporcionadles información sobre esta nueva experiencia e implicaros en la preparación del material necesario, es una buena forma de irse mentalizando y ayuda a ilusionarse para ir a la escuela.
- La importancia del primer día. La actitud del primer día tiene que ser calmada y sin prisas para que las sensaciones sean agradables. Igualmente, lo más seguro es que estén intranquilos durante unos días, aquí entra el papel de los padres, apoyándoles, comprendiéndoles y respetando su periodo de adaptación.
- Realizad actividades lúdicas los primeros días. Seguir yendo a la piscina o al parque hará que el cambio a la nueva rutina sea más progresiva y fácil.
Cada niño necesita su tiempo, pero todos acaban por adaptarse